Aunque muchos piensen que tener una gran altura se resume solo en ventajas, en ocasiones no es así. Acompáñanos a ver 40 imágenes que muestran los problemas más comunes de la gente alta.
El problema con las duchas
Probablemente tu día comienza a eso de las 7:00 AM, preparándote para ir al trabajo o a la universidad. Desde luego, una ducha es la mejor manera para despertarse y comenzar un día lleno de energía. Pero ¿qué pasaría si tuvieras que tomar tu ducha en cuclillas todos los días?

Esta es la situación que viven muchas de las personas cuya estatura está muy por encima del promedio. Para estos individuos, tomar una ducha agachados es una cosa del día a día.
¡Cuidado con el marco de la puerta!
Si eras el hijo al que sus padres siempre le dijeron “¡Párate derecho!” jamás pensaste en este tipo de situaciones. Pues, algunas personas muy altas se ven en la penosa necesidad de tener que agacharse para poder pasar por una puerta, y de este modo no dejar la frente pegada al marco.

Un pequeño descuido revisando el teléfono al salir del baño y ¡boom! Un golpe que de seguro te hará ser más precavido.
Camas muy cortas
Nuestra habitación es nuestro santuario, y como es de esperarse, nuestra cama es un aposento para el descanso en el que debemos sentirnos a plenitud para movernos de un lado al otro hasta conciliar el sueño. Sin embargo, esta tarea es más complicada si la cama en la que duermes no es del tamaño apropiado.

Para estos individuos bendecidos con altura esta situación solo tiene dos soluciones. La primera, dormir en posición fetal, y la segunda, dejar que tus pies sobresalgan de la cama.
Dar un abrazo
Una de las manifestaciones de afecto más comunes son los abrazos, pero si tu estatura va más allá de 1,90 metros, es muy probable que la única opción para ti sea abrazar un poste de electricidad, y no lo recomendamos.

Y es que las personas con una gran estatura se ven en la obligación de agacharse para poder demostrar cualquier tipo de afecto, o simplemente dar una especie de abrazo extraño, conformándose con un mínimo contacto con la otra persona.
Adaptarse para hacer turismo
Ningún tipo de actividad es cosa fácil cuando no eres parte del promedio, y te das cuenta que todo a tu alrededor está diseñado para un público con otras “características” físicas. Es un constante proceso de adaptación para poder hacer uso de tu entorno, y estar de turista no escapa de esto.

Es posible que, para hacer uso de algún espacio recreativo, necesites sentarte cuando el resto de personas esté de pie, o buscar algún modo ingenioso para arreglártelas.
Bajar las escaleras
Bajar las escaleras suele ser una tarea muy sencilla. Si, dijimos “suele”. Es que cuando eres más alto que el promedio, incluso las tareas más sencillas pueden convertirse en todo un reto. Si no nos crees, puedes mirar esta imagen.

Este hombre se tomó esta fotografía para demostrar que incluso los espacios más básicos, como las escaleras, no están diseñados para personas que midan un poco más de lo habitual.
Cuidado con la lámpara
Jamás pensaste en una lámpara como un adorno capaz de hacerte daño ¿cierto? Pues para aquellos con unos cuantos centímetros extra, estas representan un elemento decorativo que fácilmente podría sacarles un ojo si se descuidan por un momento.

Para aquellos que viven este tipo de circunstancias, un “¡cuidado con la lámpara!” es bien agradecido, antes de causar algún desastre en casa ajena, o peor aún, en un sitio público con muchas personas observando.
Olvídate de la intimidad
Así como lees, olvídate de la intimidad. Si en el pasado te quejaste porque no creciste lo suficiente, o simplemente deseas ser un poco más alto, recuerda que para algunas personas esto tiende a representar ciertos problemas.

Uno de ellos, jamás tener suficiente espacio para sí mismos en lugares como el metro, o tener que sentarte e invadir el espacio de la otra persona, para estar en una posición “cómoda”.
Viajar puede ser un problema
No importa el tamaño, muchas son las personas que sienten el llamado por la aventura, y en este afán de recorrer el mundo terminan haciendo amigos con los cuales deciden viajar de un lado a otro. Pero este llamado siempre es más particular cuando terminas siendo el gigante del grupo.

Así que tú día a día consisten en adaptarte para hacer las distintas actividades con tus compañeros, o caminar más lento, para que las personas con piernas más cortas no sufran intentando seguirte el paso.
Asientos pequeños
La comodidad pareciera ser un lujo cuando de asientos se trata. Es por ello que a las personas altas les toca renunciar a ciertos estándares mínimos de comodidad, como el de tener un asiento lo suficientemente amplio para reposar su cabeza, o para sus brazos.

Si te sientes identificado, es probable que no sepas lo que es un viaje tranquilo con largas horas de sueño, y cuentes los minutos para llegar a tu destino.
Lo más básico se vuelve complicado
Tomaste dos litros de agua y es momento de ir al baño para liberarse de ese exceso de líquido que no te pertenece. Lo primero que debes fijarte al momento de ir al baño, es de no golpearte con alguna de esas tuberías que cuelgan del techo, no vaya a ser que termines en el piso.

Finalmente, doblar el cuello para poder estar en la posición correcta para llevar a cabo la tarea. Tal parece que el baño siempre es un tema.
Ir a un cajero automático
¿Alguna vez has pensado que los cajeros automáticos son muy bajitos? Si eres una persona alta, definitivamente no tienes dudas al respecto. Tal es el problema, que a algunas personas de gran estatura se ven en la necesidad de doblarse para poder adquirir una posición adecuada para obtener su dinero.

Así que, si este no es tu caso, es momento de reflexionar sobre lo afortunado que eres al ser una persona de estatura promedio.
Agacharte para hablarle a las personas
Decirle “¡Mírame a la cara cuando te hablo!” a una persona alta puede causarle un dolor de cuello constante. Es por esto que la mayoría prefiere mantener sus conversaciones sentados, o incluso agachados, buscando la forma más ergonómica posible para mantener un contacto adecuado con su interlocutor, y de este modo poder evitar cualquier tipo de malestar debido a la posición.

¡Atención! El mismo problema se presenta a la inversa, si la otra persona es muy bajita y debe mirar para arriba durante un tiempo prolongado.
Hacer ejercicio en piloto automático
Para aquellos a quienes les gusta cuidar su estado físico y llevar un estilo de vida saludable, la estatura también puede ser un tema al momento de hacer ciertos ejercicios, especialmente si el espacio no es lo suficientemente amplio.

El resultado de esto, hacer ejercicio en piloto automático, llevando las cuentas en tu mente, ya que no puedes ver absolutamente nada. Es cuestión de prepararse para que este método no les cause claustrofobia, o miedo a la oscuridad.
Una foto de recuerdo
Luego de pasar una linda tarde en algún sitio turístico con amigos, o tal vez en una cita, es lógico querer aprovechar el momento y tomarse una fotografía para grabar ese momento para la eternidad.

El problema está en lograr tomarse una foto que le haga justicia a tal estatura, ya que, en la mayoría de las ocasiones, estos espacios dispuestos para tomarse fotografías no están pensados para una persona a la que le sobran centímetros de altura.
Vista panorámica en el baño público
Para ir a un baño público, solo hay una regla que es importante no romper, no mirar a los lados. Para quienes gozan de una gran altura, tienen el “privilegio” de poder ver para cualquier parte del baño sin mayores problemas, ya que los cubos no resguardan del todo la privacidad de sus usuarios.

Es probablemente el “beneficio” más desagradable que se pueda tener, y si te descuidas puede que mires algo que no debías.
Hora de cepillarse los dientes
El cepillarnos los dientes y lavarnos el rostro son actividades que hacen parte de nuestra rutina de aseo personal, sin nombrar muchas otras. Pero imagina que cada vez que vas a hacerlo, debes inclinarte o agacharte durante unos 5 minutos.

En definitiva es un detalle que hace de las actividades más sencillas un calvario. Especialmente si el lavamanos es de un tamaño promedio, o incluso más bajo, como ciertos modelos que siguen vigentes.
Cocinar a ciegas
Puede parecer un deporte extremo, pero esta imagen describe perfectamente la vida de muchas personas alrededor del mundo. Es el resultado de usar los muebles de una cocina que no fue pensada para alguien con unos cuantos centímetros más de altura que el común denominador.

Para alguno será no ver la estufa, otros no pueden ver lo que tienen en el refrigerador, y ni hablar de lavar platos… Una sensación similar a la de cepillarse los dientes.
Mirar las paredes del avión
Si vas en un avión y le dices a tu compañero “¡Mira las nubes!” con mucha emoción, jamás esperarías que la respuesta fuera “No veo absolutamente nada”. Y es que la historia se repite.

El avión mantiene una estructura estándar, y para aquellos que sobrepasan un poco la altura de la ventana, les da igual si les toca ventana o pasillo. La experiencia es básicamente la misma, estén donde estén.
Manos en el volante
Aprender a manejar es una experiencia que refuerza el sentido de independencia y autonomía entre los jóvenes, al menos que seas muy alto. En este caso, es posible que experimentes una increíble sensación de claustrofobia. También es necesario considerar un modelo de coche que te permita estar cómodo.

Tal vez un vehículo convertible sea el ideal para compensar la falta de espacio interno, o simplemente para evitar golpearse con el techo.
De rodillas por el dinero
Definitivamente el dinero nos obliga a adaptarnos para poder obtenerlo. Y es que en realidad estamos dispuestos a hacer muchas cosas por el cochino dinero. Tal es el problema, que a algunas personas de gran estatura les toca arrodillarse para poder acceder al teclado y realizar su operación financiera de rutina.

Es una actividad que no demora más que un par de minutos, pero que tiende a ser hasta bochornosa para el que está arrodillado.
Ropa muy corta
Pareciera que una estatura sobresaliente siempre está ligada a problemas a la hora de elegir una prenda que sea de la talla correcta. Y es que poder encontrar un par de jeans o una camisa que te quede a la perfección es un dilema.

Si no es que la ropa te arropa, simplemente te queda corta, y en vez de un par de jeans, terminas con un par de shorts que no le sientan bien a tu figura.
¡Cuidado con la salida del avión!
Llegar a tu destino luego de 8 horas de viaje es uno de los mejores placeres de la vida, excepto si no tienes el cuidado suficiente, y te das un buen golpe bajando del avión con el letrero de “Salida”.

De seguro esta no es la forma que soñabas para comenzar tus vacaciones en Cancún. Así que para aquellos que piensan en viajar para la Riviera Maya, es mejor estar atentos para evitar cualquier accidente a bordo.
Ser el agarradero de tus amigos bajitos
Por si tener que viajar en transporte público durante largos trayectos ya no es lo suficientemente tedioso y bochornoso para una persona de gran estatura, ahora agrégale tener que aguantar a tus amigos que se agarran de tus brazos, ya que no alcanzan el agarradero.

A veces ser un “buen amigo” hace que, como persona alta, quedes más expuesta, y que los demás terminen aprovechando esa particular altura para ciertos favores.
¡Oye, estás en mi asiento!
Hay ocasiones en las que simplemente ir incómodo no es opción. De plano no encajas. Es en esos momentos en los que el gran tamaño de ciertas personas es tan desmedido que se ven en la necesidad de ocupar completamente el espacio de otros.

Se ven en la forzosa necesidad de comprar dos puestos para sí mismos, y de este modo no incomodar a las personas que se encuentran a su alrededor.
Ejercicios en casa
Desde hace un tiempo el número de personas que prefiere hacer ejercicios en casa se está volviendo más grande. Pero ¿qué pasa si las condiciones de tu hogar no se prestan para esto?

De seguro que terminarías investigando en internet distintas rutinas de ejercicios para personas de estatura promedio, y buscarías la forma de adaptarlos para que puedas obtener los mismos resultados.
El transporte público
Después de una larga jornada de trabajo o de clases en la universidad, subirse al transporte público debe ser una tortura. Pero seguramente esta experiencia puede ser mucho peor si debes ir durante todo el trayecto con el cuello volteado, ya que, con semejante estatura mantenerse erguido es imposible.

Sumado a esto, hay que tener cuidado con algún movimiento brusco del autobús o tren, ya que podrías lesionar tu cuello. ¡Qué genial es ser tan alto!
Que te recuerden todos los días tu altura
Se han creado una serie de mitos sobre el origen de la gran altura de las personas, especialmente relacionados a la práctica de algunos deportes.

Es por eso que para la mayoría de personas es agotador que les recuerden constantemente lo altas que son, y tener que explicar una y otra vez que su tamaño es por simple suerte genética, y no debido a la práctica de baloncesto o natación.
Ser excluido en el parque de diversiones
A la gran mayoría alguna vez le han dicho que son muy pequeños para subirse en una atracción en el parque de diversiones, pero son muy pocos los que han escuchado el discurso contrario, es decir, que son muy altos para dicha actividad.

Pues, tal parece que las atracciones de los parques de diversiones no solo tienen restricciones de estatura mínima, también máxima, y esta exclusión la sufren aquellos que son muy altos, para quienes subirse en una montaña rusa solo será un recuerdo de cuando tenían 10 años.
¿Podrías pasarme eso?
Como si el montón de situaciones que una persona alta tiene que soportar en su día a día fuera poco, nunca está demás ser el servidor de todo el mundo, ayudándoles a alcanzar cualquier objeto que está fuera de su radio de acción.

Puede ser tu mamá, algún amigo o tu profesor de la universidad, siempre habrá alguien que necesite de las cualidades de una persona alta para hacer las cosas más fáciles.
El coche nunca es lo suficientemente grande
No importa si es un coche deportivo, una camioneta 4×4 o una simple motocicleta, ningún vehículo será lo suficientemente amplio para una persona muy alta. La incomodidad de no poder extender las piernas, o de no estar lo suficientemente erguido siempre estará presente, por más de que se elija un coche cuidadosamente.

Solo los más privilegiados tienen la oportunidad de comprar un coche que se adecue a sus necesidades y a sus medidas, por una cuantiosa suma, claro está.
Secarte las manos
Si el plan del fin de semana es salir a comer helado y, como es de esperarse, vas un momento al baño para lavarte las manos, es muy probable que te topes con un secador de manos que escasamente esté a la altura de tu cadera.

Es en ese momento en el que una persona alta debe tomar la difícil decisión de agacharse y utilizar el aparato, usar alguna servilleta o ir por la salida rápida y secarse con los jeans.
Sentarse en el autobús
Ya es suficientemente pesado ir parado en el autobús, pero sentarse no se queda atrás. Los característicos puestos de plástico con cobertura no son precisamente el ejemplo de comodidad para los mortales de estatura promedio.

Así que para aquellos que están un poco más cerca del cielo, son una tortura, obligándolos a llevar sus rodillas lo más próximo a su pecho para poder sentarse en un espacio de poco menos de un metro.
Ir al doctor
De forma rutinaria todos debemos ir al médico, pero para las personas más altas estas visitas al doctor pueden ser toda una aventura. Bueno, una aventura para el paciente y para su respectivo doctor.

En este caso podemos ver como una profesional de la salud tiene que hacer malabares para poder medir a su paciente. Puede parecer un chiste, pero es una realidad por la que muchos doctores pasan a diario.
Comprar comida rápida
Es sábado por la noche y te dio hambre, así que decides ir al McDonald’s para matar el antojo. Es momento de que te prepares para recibir las miradas de todo el personal, asombrado por tu particular tamaño.

Así que, si quieres aprovechar la situación para hacerles una broma, puedes entrar solo y hacer el pedido de tus amigos que esperan en el coche, para así dejarlos más asombrados con la cantidad de comida que pediste para ti.
Siempre sobresalir, no importa la situación
Poco importa la ocasión, una persona alta siempre destaca entre la multitud, es por esto que, en las fotografías grupales, el chico alto termina estando en la parte de atrás.

Y ni hablar si es uno de los ganadores de algún concurso, puesto que hará que los demás pasen prácticamente desapercibidos. Y en estas circunstancias no hay forma de quitarle todo el protagonismo y atraerá todas las miradas del público.
Tomarse una selfie
Si lo tuyo es tomarte fotos a cada rato con tus amigos para enmarcar hermosos momentos, pues, repárate para enfrentarte a una relación amor- odio con las selfies.

Tomar una fotografía de este tipo es un sufrimiento constante cuando eres el más alto del grupo, ya que siempre saldrás cortado en la foto, o si en este caso, eres tú quien toma la fotografía, tal vez alguno de tus amigos no salga.
Una cita un poco particular
Sumergirse en el océano de opciones para encontrar el amor es una tarea difícil para cualquiera. Pero si a esto debemos sumarle unos cuantos pies de altura, puede que la búsqueda se haga un poco más compleja.

Si bien en el amor no hay limitantes de tamaños, colores, ni formas, hay que admitir que muchos hombres no se animan a salir con una chica muy alta porque se sienten que son su mascota. No significa que el tamaño impida encontrar a la pareja ideal, solo hay que saber buscar.
Verse en un espejo por partes
Estuviste esperando meses para encontrar una ocasión especial, y finalmente ponerte esa prenda de vestir que compraste hace un año. Vas al espejo de cuerpo completo y resulta que solo puedes ver hasta tu cintura, y ahora debes ingeniártelas para poder obtener una imagen de cuerpo completo.

Seguramente no es el tipo de problemas que te imaginarías enfrentar frente al espejo, pero es un hecho que, para algunas personas representa una complicación. Por supuesto, para todo problema hay una solución.
El techo es el límite
Pareciera que, al ser una persona bendecida con una gran altura, muchas cosas serían más fáciles, o desde luego son el tipo de argumentos de aquellos que carecen de unos cuantos centímetros.

Pero la realidad es que cuando gozas de tal estatura, el mundo alrededor es hostil y debes tener cuidado para no golpearte con objetos que son ahora ridículamente peligrosos. Tan simple como entrar a casa y tener cuidado para no golpearte con el techo, no vaya a ser que le abras un hueco.